Debido a la buena acogida que tuvo esta actividad (tanto por parte de los docentes, como por parte de los alumnos); la volvimos a realizar el pasado 21 de febrero. Esta vez el tiempo no nos acompañó, por lo que tuvimos que leer en las clases, pasillos y en el porche.
Realmente se trata de una actividad con un contenido potencial bastante
amplio y con la que nos podemos plantear
múltiples situaciones educativas previas al momento de la lectura compartida. No es
únicamente elegir un libro y leérselo a un niño; podemos además:
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Conocer la
organización de la biblioteca del centro y familiarizarse con su uso.
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Trabajar y
practicar la lectura en voz alta: la
vocalización, la entonación, el ritmo, las pausas, etc.
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Despertar
el gusto por la lectura.
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Desarrollar
la capacidad de escucha activa.
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Trabajar
las relaciones interpersonales.
Aquí os dejamos fotos del momento de las lectura de los libros:
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