El 23 de abril, Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor, se
conmemora el fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra y de William
Shakespeare, los más destacados autores de lengua hispana e inglesa
respectivamente, así como el del cronista hispanoperuano Garcilaso de la Vega (El Inca).
El Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor fue formalmente instaurado por la UNESCO
(Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura) en 1995. Sin embargo, los orígenes de esta celebración se
remontan al año 1926, cuando en Valencia, el editor Vicente Clavel y Andrés
propuso dedicar un día del año en homenaje a los libros. Estaba claro
que ese día debía estar relacionado, de algún modo, con el máximo
exponente de nuestra literatura: Miguel de Cervantes. Pero al no saberse
con exactitud qué día nació (aunque durante cuatro años se celebró el
Día del Libro el 7 de octubre, una de las fechas probables), en 1930 se
eligió definitivamente la fecha de su defunción: 23 de abril de 1616.
La tradición se hizo firme en España y comenzó a extenderse: en 1964
lo adoptaron todos los países de lengua castellana y portuguesa, y en
1993 también la Comunidad Europea. Semejantes antecedentes llevaron al
gobierno de España (con el apoyo de la Unión Internacional de Editores) a
presentar a la UNESCO la idea de proclamar el 23 de abril como "Día
Mundial del Libro". La propuesta, junto con el agregado sobre el
"Derecho de autor" propuesto por Rusia, fue aprobada unánimemente por
todos los Estados miembros durante la 28ª sesión de la Conferencia
General de la UNESCO. Así quedó definido el 23 de abril de cada año como
Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor.